sábado, 26 de junio de 2010

Creencias

La noche de San Juan, noche mas corta del año, cosa que no es del todo cierta pues ese título le corresponde a la del 21 de junio, solsticio de verano.
Noche mágica donde la gente se agrupa en torno a las velas en la playa con la ilusión de pedir deseos y deshacerse de problemas quemandolos en el fuego purificador.
Es curioso el ser humano; leí en algún lugar que nuestro cerebro no puede asumir cuestiones sin explicación y por ese motivo inventamos a dios,la magia o las hadas, llámalo como quieras. Para el individuo supersticioso, la superstición cumple un papel positivo de estabilidad para la psiquis, por medio de los mecanismos de defensa. Los actos apotropaicos, como decir «¡Jesús!» tras un estornudo para rechazar la mala suerte, tocar madera, cruzar los dedos o santiguarse, tienen esa función de «curar» la mente.
De todos modos por muy científico que seas todos tenemos nuestro puntito mágico en algún momento y caemos en la tentación de creer que algo o alguien nos otorgara ese deseo con solo pedirlo o realizando algún tipo de rezos, ensalmos,conjuros, hechizos, maldiciones u otros rituales, lo mismo que cruzas los dedos o no pasas bajo la escalera apoyada en la pared...¡por si acaso que nunca, se sabe!

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